El partido entre Independiente de Avellaneda y Universidad de Chile, válido por los octavos de final de la Copa Sudamericana 2025, quedó marcado por uno de los episodios más violentos en la historia reciente del fútbol continental. El encuentro, disputado en el Estadio Libertadores de América el miércoles 20 de agosto, fue suspendido en el inicio del segundo tiempo con el marcador igualado 1-1, debido a los graves incidentes ocurridos en las tribunas.
Lo que comenzó como un cruce de proyectiles entre ambas parcialidades escaló hasta transformarse en una batalla campal. Hinchas de la U, situados en un sector alto del estadio, arrojaron butacas, piedras y hasta una bomba de estruendo hacia los locales. La respuesta de los barrabravas de Independiente derivó en escenas de extrema brutalidad: golpes, desnudos forzados y aficionados chilenos arrojados desde las gradas.
Ataque a hinchas chilenos
La situación más crítica ocurrió cuando la tribuna visitante fue desalojada. Un grupo de fanáticos de la U quedó rezagado, momento en que cerca de un centenar de barristas de Independiente irrumpió en el sector para atacarlos con extrema violencia.
Las imágenes, difundidas en redes sociales, muestran a un hincha chileno que saltó desde altura para escapar de una golpiza, quedando con lesiones de gravedad. Otros salieron ensangrentados y desnudos hacia el exterior del recinto, donde también se registraron enfrentamientos.
Balance de heridos y detenidos
De acuerdo con la información entregada por Azul Azul, concesionaria del club, 19 hinchas resultaron lesionados, entre ellos uno en riesgo vital, correspondiente al joven que cayó desde las gradas y permanece intubado en un hospital.
El accionista mayoritario, Michael Clark, precisó que hasta ahora no hay fallecidos: “Por lo que entendemos, no hay fallecidos al menos en estos tres hospitales que recorrimos durante la madrugada. Sí tenemos una persona en quirófano, ese es el más grave de todos”.
Además, las autoridades argentinas confirmaron que 97 hinchas de la U fueron detenidos por desórdenes, mientras que el número de lesionados por parte de la parcialidad local aún se mantiene en evaluación.
Reacción del Gobierno chileno
El presidente Gabriel Boric condenó los hechos y delegó al embajador en Argentina para constatar la situación de los compatriotas.
“Lo sucedido en Avellaneda entre las hinchadas de Independiente y Universidad de Chile está mal en demasiados sentidos, desde la violencia en las barras hasta la irresponsabilidad en la organización. Nuestra prioridad es asegurar la atención médica de los agredidos y garantizar los derechos de los detenidos”, afirmó el Mandatario.
El embajador José Antonio Viera-Gallo confirmó que no hay fallecidos, aunque sí heridos graves, uno de ellos con arma blanca.
Mirada internacional
Lo ocurrido en Avellaneda cruzó fronteras y medios europeos lo destacaron en sus portadas. El diario español Sport tituló: “Masacre en Argentina: batalla campal que obliga a cancelar el partido con heridos graves”. Por su parte, Marca detalló que hubo “al menos 10 heridos de gravedad, uno en estado crítico, y cerca de 90 detenidos”.
En Francia, L’Équipe informó sobre “muchos heridos y más de 300 detenidos”, mientras que el Daily Mail de Inglaterra destacó las imágenes en que hinchas chilenos fueron desnudados y golpeados por barristas locales.
Repercusiones
La Conmebol suspendió el encuentro por falta de garantías de seguridad y abrió un proceso de investigación. Tanto en Chile como en Argentina se exige determinar responsabilidades, mientras familiares y autoridades gestionan la situación de los heridos y detenidos.
Lo ocurrido en el Estadio Libertadores de América se inscribe como una de las páginas más oscuras en la historia de la Copa Sudamericana y reabre el debate sobre la seguridad en los estadios sudamericanos.