Un reciente reportaje de BBC Mundo expuso la paradoja que enfrenta Chile en materia de seguridad: aunque las cifras delictuales son menores a las de gran parte de América Latina, el miedo a la delincuencia es uno de los más altos del mundo.
De acuerdo con una encuesta de Ipsos, el 63 % de los chilenos identifica el crimen y la violencia como los principales problemas del país, superando a México (59 %) y Colombia (45 %). A su vez, el Informe Global de Seguridad 2025 de Gallup situó a Chile como el sexto país —de un total de 144— donde menos personas se sienten seguras al caminar solas por la noche.
“Chile es un país que está extremadamente atemorizado”, afirmó Daniel Johnson, director ejecutivo de la Fundación Paz Ciudadana, en conversación con el medio británico. El experto explicó que, pese a tener una tasa de homicidios de alrededor de 6 por cada 100 mil habitantes, la percepción de inseguridad ha crecido sostenidamente, impulsada por el aumento de delitos violentos y la expansión del crimen organizado.
Johnson señaló que el temor es mayor en mujeres y en sectores socioeconómicos bajos, donde la menor presencia del Estado acentúa la sensación de vulnerabilidad. También advirtió que el fenómeno migratorio y la aparición de nuevas organizaciones criminales, como el Tren de Aragua, han contribuido a elevar la preocupación pública.
Finalmente, destacó avances como la creación del Ministerio de Seguridad, pero advirtió que persiste una brecha entre las políticas de control y las de prevención social: “Chile necesita medidas inmediatas, pero también soluciones de largo plazo para reducir el miedo y fortalecer la confianza institucional”.



