Marco Enríquez-Ominami está en plena campaña para reunir las firmas que le permitan postular, por quinta vez, a la presidencia de la República como candidato independiente. En ese contexto, una de sus principales propuestas ha generado amplio debate: la construcción de un nuevo estadio para Universidad de Chile, con capacidad para 50 mil personas.
“¡Lo prometido se cumple! Impulsaré como eje fundamental de Gobierno un plan de obras públicas que modernice nuestro país y que mejore la calidad de vida de todos los chilenos. Puentes, carreteras y estadios para cambiarle la cara al país”, publicó en sus redes sociales. Agregó que “cuando sea presidente impulsaré que la U tenga un estadio al 2030”.
Ante las críticas que apuntan a que se trata de una propuesta populista, Enríquez-Ominami respondió que el objetivo es generar empleo: “el Estado colocaría las reglas o garantías y el privado pone la plata, pero cumple y contrata gente”, señaló.
Más allá de lo simbólico del anuncio, una de las principales dudas es dónde podría construirse un recinto deportivo de esta magnitud. Según lo publicado por El Mercurio, un estudio de la consultora GPS Property identificó seis comunas de la Región Metropolitana con disponibilidad de suelo para un proyecto de esta escala:
- La Pintana
- Lampa
- Maipú
- Pudahuel
- Puente Alto
- San Bernardo
Dentro de ellas, destacan La Pintana, Puente Alto y San Bernardo como las que ofrecen mayores ventajas por conectividad, densidad poblacional y costos. Sin embargo, Lampa también figura como una opción viable, al contar con baja densidad habitacional, grandes extensiones de terreno y menos presión vecinal, lo que podría facilitar la aprobación de este tipo de proyectos.
“La Región Metropolitana enfrenta un déficit estructural de recintos masivos modernos capaces de acoger deportes y espectáculos de alto estándar”, explicó Sebastián Ortega, subgerente de Consultoría y Estudio de GPS Property. “Actualmente, solo dos estadios superan los 40.000 espectadores (Nacional y Monumental), ambos con infraestructura obsoleta y sometidos a cierres periódicos”, añadió.
El camino para concretar un estadio no es corto. Solo los permisos necesarios podrían tardar hasta tres años, mientras que la construcción se estima entre dos y medio a tres años adicionales. En total, el proyecto demoraría al menos cinco años desde la compra del terreno.
Los costos también son elevados. Dependiendo de la comuna, la inversión oscilaría entre los 74 y 114 millones de dólares, según el valor del suelo y la magnitud de la obra. Si bien Lampa no es la más avanzada en conectividad urbana, su crecimiento sostenido y su ubicación estratégica podrían jugar a su favor. CHH